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Hace 6 meses fui padre de gemelos.

Dos tíos iguales aparecieron en mi casa para cambiarme la vida, y las horas de sueño.

El confinamiento los pilló con 3 meses escasos y ahora, cuando hemos vuelto a salir, la gente los ha visto y ha flipado.

Bua, tía, cómo han cambiado, parecen otros niños. (amigas de Carmen)

Ay mis pequeños, qué grandes están, me los como. (mi madre)

¿Hace una birra luego? (mis colegas, sin mirar a los bebés)

He revisado fotos de hace 3 meses y sí, los niños crecen rápido.

Sin embargo, ese cambio no ha sucedido de repente.

No se despertaron un día a las 3 de la mañana y habían crecido.

Es un cambio constante, e incesante e imparable.

Si los ves todos los días, no lo aprecias, pero te encierran 3 meses en casa y a la vuelta alucinas con el cambio.

Hay muchas lecciones detrás de esto.

En el evento, en la entrevista con Dean Romero, hablamos de la enorme dificultad que suponía montárselo en Internet con una vida llena de obligaciones.

Y, hace un par de días, nos llegó un comentario al respecto.


(...)Tengo una pregunta acerca de la cuestión de que siendo padre o teniendo responsabilidades es difícil o imposible dedicarse a Internet. Reconozco que quiero cambiar mi vida siendo más independiente y que trato de esforzarme por seguiros el ritmo y formarme pero el ritmo es lento y me cuesta con una peque en casa trasteando.

Me costó dos días pensar una respuesta.

Si pienso en el avance de alguien que empieza en Internet y tiene poco tiempo, de inmediato veo pocas posibilidades de éxito.

No lo puedo evitar. Es estadístico y es humano.

El esfuerzo que supone rascar horas tras un curro por cuenta ajena o ponerse con el ordenador cuando todos se van a dormir es gigante, y pasa factura.

Sin embargo, como todo lo importante en la vida, cambios mínimos en el corto plazo responden muy bien en el largo plazo.

El mundo funciona así.

Pequeños esfuerzos sostenidos en el tiempo traen grandes resultados.

Sobreestimamos nuestra capacidad a corto plazo y la subestimamos a largo plazo.


¿Te imaginas a la naturaleza haciendo crecer a un bebé de un día para otro?

¿Te imaginas construir un rascacielos en un abrir y cerrar de ojos?

Mucha gente promete fábulas así y otros se las tragan.

Por supuesto, si tienes poco tiempo, irás más despacio, pero lo que marca la diferencia no es la velocidad, sino tu capacidad de mantenerla en el tiempo.

Mantén una velocidad muy baja y hazlo de forma constante, e incesante e imparable y llegarás muy lejos.

La vida, y los negocios en internet, funcionan así.

Si no tienes tiempo, tienes prisa y crees en los crecepelos, Sabandijers no es para ti.

Si has entendido la metáfora de los bebés, es probable que esto te interese.

Un saludo

Álvaro

P.D. El miércoles 17, a las 19:07, haremos una presentación en directo de todas las novedades de Sabandijers que te podría recordar mucho a otra presentación muy famosa. Mañana sabrás más de la Keynote Sabandijer.




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